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La comunidad científica ante la desinformación durante la pandemia

A lo largo de este año, los artículos sobre la Covid-19 han ido en franco crecimiento. En estos meses se han publicado resultados en la modalidad de preimpresiones en los sitios de MedRxiv y BioRxiv donde no necesariamente se han revisado por pares científicos y, como es de esperarse, han surgido todo tipo de resultados sin comprobación; tales como: tratamientos, medicamentos, riesgos de contagio e incluso teorías de conspiración genética. Muchos resultados se han dado a conocer al público general por medio de la prensa.

Sabemos que hay una gran cantidad de información del coronavirus, pero mucha de ella es incorrecta, confusa o no comprobada; por lo que en la actualidad es todo un reto para el investigador revisar la información y descartar la incorrecta.

Situación de las publicaciones durante la pandemia

Durante la pandemia por coronavirus, se estima que se han escrito unos 16,000 artículos sobre el tema, de los cuáles más de 6000 se publicaron en la modalidad de preimpresiones. Debido a que estos artículos fueron escritos de manera rápida, no es posible saber cuáles son de calidad, pues no han pasado por el proceso normal de revisión y aprobación por parte del comité editorial de alguna revista reconocida. Aunque, por otro lado, las preimpresiones han sido la forma de compartir hallazgos rápidamente durante esta pandemia y varias de ellas contienen información crucial para el tratamiento y combate de la enfermedad. Entonces, ¿cómo se distinguen los artículos confiables de los demás?

Una de las claves para encontrar un buen artículo es buscar aquéllos escritos por investigadores cuya trayectoria o artículos previos se conocen y en los que se tiene ya una cierta confianza. Al haber revisado sus métodos de investigación y su manera de proceder en otros artículos se puede decir que se lleva un camino recorrido y se puede detectar si hay errores que sean resultado de la prisa por querer publicar pronto. Sin embargo, cabe recordar que dado que la pandemia comenzó en China y después prosiguió en Europa, los autores que más tiempo tienen investigando y escribiendo son originarios de estos lugares, principalmente españoles e italianos, y muchos de ellos son desconocidos en otras partes del mundo.

Para Theodora Bloom, editora de la revista The British Medical Journal (BMJ), muchos de los autores que publicaron sus investigaciones como preimpresiones en MedRxiv primero y después los enviaron a BMJ son desconocidos, por lo que su tarea se complica, sobre todo al discriminar un envío masivo de reportes a su revista. Sin embargo, los artículos siguen revisándose por pares antes de ser elegibles para publicación.

Publicaciones controversiales

Jonathan Kimmelman, un investigador de ética biomédica de la Universidad de McGill en Canadá, comenta que en el mes de marzo, revisó un artículo de un investigador de China que argumentaba que un medicamento utilizado para combatir la malaria, la hidroxicloroquina, sería útil en el tratamiento de pacientes con Covid-19. Sin embargo, afirma Kimmelman que cuando él revisó los protocolos de la investigación, comenzó a dudar de los resultados.

Curiosamente, en aquel mes, un artículo que argumentaba los beneficios de la hidroxicloroquina y la cloroquina se publicó en The Lancet, y meses después la revista publicó una retractación de los autores, pues estos medicamentos tuvieron el efecto contrario al que se esperaba en los pacientes con Covid-19. Un artículo publicado en The New England Journal of Medicine, tuvo un desenlace similar al recomendar el uso de medicamentos para la presión sanguínea para la mejora de los pacientes con Covid-19.

Por otro lado, la investigación en China ha sufrido varios reveses, pues recientemente se anunció que más de 400 autores chinos de unos 100 artículos estaban en la lista de retractaciones y que sufrirían acciones disciplinarias por arruinar la reputación de la investigación de este país. Con este antecedente los artículos provenientes de China sobre el coronavirus han debilitado su credibilidad.

Quizá algo más extremo en esta situación y confusión de publicaciones fue una preimpresión subida por científicos de la India a BioRxiv a principios de año, en el que se especuló sobre la posibilidad de que el coronavirus fuera resultado de una manipulación genética. Aunque la preimpresión fue retirada casi de inmediato de BioRxiv, estuvo el tiempo suficiente para que la prensa lo diera a conocer al público en general y es posible que en la actualidad esta idea permanezca en algunas personas.

Combatiendo la desinformación

En el mundo actual en donde los medios y las redes sociales difunden cualquier noticia, tanto la información correcta como la incorrecta se propagan de manera mucho más rápida y a muchísimas más personas que en épocas anteriores. Por lo tanto, es fácil ocasionar pánico en el público en general y mal informar a los científicos con algún resultado que no haya sido comprobado o sea controversial. ¿Cómo se lucha contra esto?

Un esfuerzo para combatir la información incorrecta sobre la Covid-19 es el Centro para el Público Informado (CIP, por sus siglas en inglés), que fue iniciado por investigadores de la Universidad de Washington a finales de 2019 para analizar la propagación de la información incorrecta, antes del coronavirus. Cuando la enfermedad fue declarada una pandemia, incrementó la información y uno de los principales objetivos del centro fue entender la propagación de la información incorrecta y cómo detenerla. De acuerdo con dos de las investigadoras del CIP, Emma Spiro y Kate Starbird, la “infodemia” es la otra pandemia de desinformación que está sufriendo el mundo y que puede tener consecuencias nocivas en la población. Los investigadores pueden consultar el sitio del CIP para informarse de manera correcta, utilizar buscadores confiables como Scopus para monitorear a los autores y citas de un artículo, e incluso ayudarse de herramientas de búsqueda y alertas de noticias científicas como Science Open o las alertas de Google Scholar.

Otra forma de combatir la desinformación activamente es publicar artículos de investigación que sigan protocolos correctos y análisis rigurosos pese a la presión o entusiasmo por publicar rápido. Ya sea en modo de preimpresión o en una revista arbitrada, una buena sugerencia para su artículo es que su resumen esté disponible en modo abierto para que se pueda buscar con la mayoría de los motores de búsqueda de artículos científicos (Scopus, Web of Science, PubMed). Si su tema investigación está orientado a otro campo, quizá quiera incluso analizar la posibilidad de incluir al Covid-19, después de todo siempre es bienvenida la investigación que ayude a combatir la pandemia, y ¿por qué no?, ayudarle a obtener fondos para continuar con la investigación en otras áreas importantes que, por ahora, han sido relegadas a segundo término.

Compártanos su opinión sobre el problema de la desinformación en estos tiempos de coronavirus.

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